La crítica interna y la autoexigencia: cómo trabajarlas

Lucía Aragón

La autocrítica es un rasgo que, si bien nos impulsa a mejorar y superarnos, en dosis excesivas puede llevarnos a un ciclo de autoexigencia y frustración. 

Este artículo está dirigido a ti, a esa mujer que día tras día se esfuerza por ser la mejor versión de sí misma pero que a veces siente que la voz interna de la critica no descansa. Prepárate para aprender cómo trabajarla para que no te haga daño.

¿Qué es la autocrítica?

La autocrítica es la capacidad de evaluar nuestras acciones o pensamientos para detectar posibles errores y áreas de mejora. 

Aunque es una habilidad valiosa para el crecimiento personal y profesional, cuando se convierte en una voz interna que constantemente señala nuestros defectos y fallos, se transforma en un lastre emocional.

El primer paso para trabajar la autocrítica es reconocer esa voz interna que te juzga:

Tipos de autocrítica

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No todo es malo. La autocrítica se clasifica en dos tipos principales: la constructiva y la destructiva. Ambas tienen características y efectos diferentes en el bienestar emocional y en el desarrollo personal:

Autocrítica constructiva

Características de la autocrítica constructiva:

  • Enfoque en la mejora continua.

  • Capacidad para identificar errores sin condenarse.

  • Diálogo interno saludable y motivador.

  • Reconocimiento de las áreas de fortaleza y debilidad.

Beneficios de una buena autocrítica:

  • Facilita el autoconocimiento y la autorreflexión.

  • Impulsa la motivación para alcanzar metas personales.

  • Mejora las relaciones interpersonales al fomentar la empatía.

  • Permite una adaptación saludable ante eventuales fracasos.

Autocrítica destructiva

Características de la autocrítica destructiva:

  • Focalización en los errores y fracasos personales.

  • Diálogos internos severos que socavan la autoestima.

  • Comparaciones negativas con los demás.

  • Negación de los logros alcanzados.

Consecuencias negativas de criticarse en exceso:

  • Baja autoestima y autoimagen deteriorada.

  • Aumento de la ansiedad y riesgo de trastornos de salud mental.

  • Dificultades en la adaptación a situaciones adversas.

  • Obstáculos en el establecimiento de vínculos saludables.

Vamos a enfrentar y transformar la autocrítica negativa así

1. Aprende de los errores sin juzgarte

Transforma esos pensamientos críticos en oportunidades de aprendizaje. 

En lugar de castigarte por un error, pregúntate: ¿Qué puedo aprender de esta situación? Cambiar el enfoque de la crítica al aprendizaje te dejará crecer sin lastimarte.

2. Practica la autocompasión

La autocompasión implica tratarte con la misma amabilidad y cuidado que tratarías a una buena amiga. 

Cuando la autocrítica sea muy intensa, haz una pausa y pregúntate: ¿Diría esto a alguien que quiero? Si la respuesta es no, entonces probablemente no sea justo ni saludable dirigirlo hacia ti misma.

3. Reconoce tus límites

La autoexigencia surge cuando estableces expectativas demasiado altas en ti misma. 

Sí, es saludable querer mejorar, pero es vital reconocer y aceptar tus límites. Saber hasta dónde puedes llegar y respetar tus tiempos te ayudará a mantener un equilibrio emocional y a evitar el agotamiento.

Crea un entorno de apoyo que te ayude con tu crítica interna

El apoyo emocional es clave para moderar la autocrítica y la autoexigencia. 

Busca la compañía de personas que te aprecian por quién eres y te animan a mejorar sin presionarte. Ellos serán un reflejo de tu valor más allá de tus logros o errores.

Y si crees que necesitas ayuda profesional, nuestro equipo de psicólogas quiere enseñarte técnicas y herramientas para recuperar la confianza en ti misma, sanar tus heridas emocionales y amarte incondicionalmente para sentirte segura en tus relaciones.

El objetivo no es ser perfecta, sino ser feliz. Y podemos ayudarte a conseguirlo.

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